Inteligencia Musical

La inteligencia musical de Howard Gardner guarda relación con las capacidades que se poseen respecto a la música y a cualquier otra forma de expresión rítmica. Es una de las primeras en desarrollarse desde el nacimiento de la persona. Desde bebés, existe la capacidad para balbucear e imitar tonos y volumen de sonidos de otras personas. A partir de los dos años, se emiten diferentes tonos de forma voluntaria y se exploran sonidos propios. Entre el cuarto y sexto año de vida se identifica el período crítico de sensibilidad en cuanto a tonos y sonidos. Respecto a la localización cerebral de la inteligencia musical, las áreas implicadas se ubican principalmente en el hemisferio cerebral derecho, concretamente, en el lóbulo frontal y temporal.

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